Antes de que salgas de esta página necesitas saber lo siguiente

Tú leyendo o escuchando esto no es una casualidad, Dios te está llamando y tiene un plan y un propósito específico para ti. Tú leyendo esto es la respuesta a las oraciones de personas que como yo, deseamos que conozcas la mejor noticia que en medio del momento de oscuridad que puedes estar viviendo ahora puedes escuchar.

Mira lo que dice Juan 1:5 “La luz alumbra en la oscuridad, ¡y nada puede destruirla!“ No te vayas sin asegurarte entender lo que te compartiré a continuación.

1. Dios existe y tiene el control de todas las cosas.

Sí, todo lo que existe, lo que podemos ver y lo que no podemos ver, el mundo material y el mundo espiritual, es una creación planeada de Dios, y nosotros como seres humanos también somos creación suya, como te dije antes, no somos una casualidad, nada lo es.

Es importante entender que nada sucede, ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, si no es la soberana y completa voluntad de Dios, tanto las cosas “buenas” como las cosas que no lo parecen. Sé que esto podría ser confuso y que puede levantar muchas preguntas y dudas, yo me las hice, y créeme, todas tienen respuestas.

No tengas dudas de que Dios está plenamente al tanto de la depresión y todo lo que has estado viviendo, y tampoco tengas dudas de que es la forma es la que Dios te está llamando hoy para mostrarte el propósito que tiene para ti y para el que fuiste creado.

Mira lo que dice en la biblia en Colosenses 1:16-17 “Por medio de él (Jesucristo), Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad. En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo. Cristo existía antes de todas las cosas. Por medio de él, todo se mantiene en orden”

2. Naturalmente estamos separados de Dios.

La causa raíz de cualquier tipo de sufrimiento humano, incluída la depresión, es la separación de Dios que nosotros como seres humanos decidimos. Somos nosotros quienes decidimos separarnos de Dios y no Él de nosotros como podría pensarse.

Esta separación está representada por el pecado en nuestras vidas, lo cual significa que hemos decidido ignorar la voz de Dios, su palabra y su voluntad en nuestras vidas, actuando bajo nuestras propias reglas y nuestros propios términos, haciendo las cosas a nuestra manera siendo nosotros mismos nuestro propio Dios.

En los peores escenarios, no sólo hemos decidido ignorarlo, sino ir en su contra deliberadamente, negando su existencia (la cuál es evidente alrededor nuestro en cualquier dirección que fijemos nuestra mirada con atención) e invitando a otros a que también lo nieguen.

Entender muy bien esta condición en la que todos nos encontramos es mortalmente importante para entender el mundo caído (una sociedad decadente) como lo conocemos hoy y que es así desde hace mucho tiempo.

Mira lo que dice la biblia en Romanos 3:23 “Todos hemos pecado (actuado en contra de Dios), y por eso estamos lejos de Dios”.

Y también Isaías 59:1-2 “Dios tiene poder para salvar y tiene buenos oídos para oír. Pero la maldad de ustedes los ha separado de Dios. Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos”.

3. Dios quiere restaurar nuestra relación con Él por medio de Jesucristo.

Por favor no te pierdas esta parte, tal vez al principio te pueda sonar algo irracional, ilógico, incluso como una locura, sin embargo es la verdad más fundamental de todo el universo y la eternidad, todo el tiempo y todo el espacio representado en una persona. Y esta es esa verdad:

Jesucristo existía desde el principio de todas las cosas, cuando Dios creó todo, Jesucristo estaba ahí, Él siendo igual a Dios se hizo hombre, renunció por voluntad propia a su divinidad y honor para ser el medio a través del cuál la humanidad de nuestro tiempo conociera de forma visible al Dios invisible, Él nos enseñó cómo es Dios, su carácter, pues Jesucristo fue al mismo tiempo todo Dios y todo hombre.

Su muerte sacrificial en la cruz fue el medio para cesar el enojo y la condenación que un Dios completamente santo, creador, paternal y puro tenía sobre nosotros. Sobre Jesucristo recayó la culpabilidad del pecado de todos los hombres de todos los tiempos, él se hizo culpable por su propia voluntad y pagó el precio para que tú y yo  pudiéramos nuevamente acercarnos al Padre y creador, y así ser libres de la oscuridad y las cadenas que nos atan al sufrimiento y al pecado.

Fue decisión de Dios de principio a fin que esto sucediera así, es su prerrogativa, él así lo quiso para salvar a la humanidad de la condenación eterna, porque sí, hay una eternidad después de la muerte, y esto nos lo enseñó Jesucristo mismo.

La gran prueba de que todo lo que Jesús nos dijo es verdad está en su gloriosa resurrección. Al tercer día, Jesucristo, como lo había predicho él mismo, resucitó de la muerte. Se apareció a muchas personas y conversó con muchos de sus discípulos para posteriormente ascender al cielo para retomar su lugar de honor y divinidad nuevamente.

Mira lo que dice el apóstol Pablo en la 1ra carta a los Corintios 15:3.8 “ … Cristo murió en lugar de nosotros, que éramos pecadores. Tal como lo enseña la Biblia, fue sepultado y, después de tres días, Dios lo resucitó. Primero se le apareció a Pedro, y después a los doce apóstoles. Luego se les apareció a más de quinientos de sus seguidores a la vez. Algunos de ellos todavía viven, y otros ya murieron. Más tarde se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles. Por último, se me apareció a mí; a pesar de que lo conocí mucho tiempo después que los otros apóstoles.”

Hoy Jesucristo reina con Dios Padre en el lugar de máximo honor en el cielo, Él está vivo y desde allí reina sobre todas las cosas, preparando moradas eternas para todo aquel que cree y oye su palabra. Mira lo que dice Juan 6:35 “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”

También leemos en Juan 5:24 “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

En palabras simples, lo que te estoy diciendo es que Jesús es la respuesta, no solo a tus preguntas, sino a todas las preguntas, en Jesucristo se encuentra toda la verdad, Él es suficiente para saciar y llenarlo todo. Nada se puede comparar con el poder de Dios. 

Dios, por medio de nuestro señor Jesucristo puede rescatarte de la Depresión o cualquier otra cosa que puedas nombrar.

Ahora bien, ¿Qué vas a hacer?

Uno no puede quedarse inmóvil ante el llamado que Dios te hace hoy, tanto si decides creerle a Dios como si decides no hacerlo, cualquier decisión que tomes tendrá un gran impacto en tu vida.

Mira lo que dice Isaías 41:10 “Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo.”

En Proverbios 3:6 la biblia nos dice “Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.” Lo que sea que se haya roto o torcido, Dios lo puede restaurar.

No tengas miedo.

La gran tragedia del ser humano es que lo único que Dios quiere de nosotros para salvarnos de la condenación, para ser libres de las cadenas que nos atan a la oscuridad, al pecado y al sufrimiento y para empezar el primer día del resto de nuestras vidas es tener la humildad suficiente para decir:

“Dios, hoy decido creer que Jesucristo es verdaderamente tu hijo amado y que gracias a su muerte y resurrección puedo volver a ti. Quiero arrepentirme de vivir una vida bajo mis propios términos, ignorando tu palabra, tu voz y tu voluntad. Perdóname por haber vivido una vida lejos de ti y acéptame como hijo tuyo para empezar una nueva vida contigo y de tu mano.

Acércame a una comunidad de personas que también están arrepentidas de vivir una vida sin ti y quieren caminar contigo para que yo pueda seguir creciendo en el conocimiento de tu palabra y dame Señor a tu espíritu santo para que guíe mis pasos.”

No dejes que el miedo, el orgullo o lo que otros puedan decir te aparte del hermoso llamado que Dios te está haciendo hoy. 

Espero y anhelo conocerte pronto, aún hay muchas horas de vuelo por delante para platicar, conocer y compartir acerca de nuestro maravilloso Dios.